domingo, 10 de junio de 2012

LA VERDAD SOBRE LA LECHE IV

Por Sacha Barrio Healey
LECHE Y LACTANCIA
La costumbre de darle leche animal al bebé es europea y bastante reciente en la historia. Ni en Asia, África o América prehispánica y colonial existió esta tradición. Antiguamente, la alternativa siempre era acudir a la nodriza. Pero ahora la vaca no sólo es la madrina animal de una gran comunidad de hijos adoptivos, sino que se nos ha hecho creer que el único mamífero sobre la tierra que nunca debe ser destetado es el hombre, desde la lactancia hasta la tercera edad.
La leche de vaca contiene proteínas inferiores y diferentes a las que se encuentran en la leche materna; esas proteínas son óptimas para el becerro, pero peligrosas para el bebé. En definitiva, la leche de conejo no sirve para alimentar al gato, la de gato es inadecuada para el becerro y ésta a su vez no le sirve al cachorro, al chancho, al cordero y, menos aún, va a servir para el bebé. A cada especie se le debe respetar su leche. Además algunas vacas reciben la hormona bovina recombinante (rBGH) para incrementar en 40% la producción del hato prohibida en en Japón y la Unión Europea, pero utilizada en Estados Unidos y Latinoamérica, también comercializada con el nombre de lactotropina una hormona equivalente a la HCB (hormona de crecimiento bovino natural de la vaca).
Existen 21 efectos adversos de la somatropina (rBGH) en la vaca misma, lo que incluyen quistes al ovario, desórdenes uterinos, embarazos con anomalías.
La mayoría de vacas actualmente son alimentadas con  semillas de algodon, maíz y soya transgénica, y gallinaza (excremento de aves) en el caso de las vacas de engorde. Atrás y lejos están los años en que las vacas eran alimentadas con chala de maíz, alfalfa y pasto natural.
La leche materna es un fluido vivo, especialmente apto para nutrir las exigencias del delicado crecimiento del cerebro infantil, y esto no lo puede hacer la leche de vaca o de fórmula. Con el destete, la prioridad deben ser los jugos de fruta, las frutas secas. La leche de vaca tiene cuatro veces más proteínas que la leche materna y, sin embargo, el desarrollo y crecimiento del bebé alimentado con leche de vaca se ve retardado, desde todo punto de vista, salvo en altura física. Y quizá la pediatría antigua sólo considerase este factor, el de la altura, como si nuestros bebés fueran pollos de engorde. Pero, ¿acaso se evalúan los rasgos sutiles de su desarrollo, su bienestar emocional o espiritual, o la bioquímica de sus delicadas neuronas y células o su equilibrio hormonal?
Las vacas no son alimentadas para que se pueda obtener una máxima calidad de leche, sino para obtener una máxima cantidad de leche. Las vacas son forzadas a producir inmensas cantidades de leche, muy por encima de lo normal. Este régimen, sostenido por varios años, o más bien durante toda su vida, debilita mucho al animal y hace imposible que tenga un mínimo nivel de salud, acortando su ciclo vital y exponiéndolo a todo un regimiento de enfermedades que no se ven en las vacas de campo. Y por lo tanto se les da medicinas y antibióticos al por mayor. ¿Qué mujer podría aguantar 10 años sin secarse, sin descansar de producir leche, con una dieta artificial y pariendo cada año?
La leche de vaca está destinada a los becerros, y al sistema digestivo de los rumiantes. Los bebés deben consumir leche materna hasta el destete; la naturaleza ha diseñado ambos tipos de leche y de sistemas digestivos, respectivamente. El ser humano es el único ser viviente que continúa bebiendo leche mas allá de los primeros meses de vida, y el único que lo hace de otra especie. El becerro es el único, legítimo heredero y beneficiario de la leche de vaca. (Sin embargo, en las granjas de producción, el becerro sólo alcanza a succionar la leche de su madre durante sus primeras 24 horas de vida; la vaca madre luego llora y gime de dolor por reencontrar a su becerro).
Los productos lácteos que ofrecen cierta seguridad son la mantequilla fresca y los cultivos de yogurt, los cuales han sido predigeridos por lactobacterias, pero aun así deben consumirse con moderación y prepararse con leche no pasteurizada. La leche cruda puede ser un alimento bueno de la dieta si se le usa con bastante moderación, mejor aún si se le evita.
Las personas que piensan que deben tomar yogurt luego de un curso de antibióticos, y que necesitan restablecer su flora intestinal, también cometen un común error. El yogurt, para contener lactobacterias, debe ser hecho en casa y consumirse dentro de las primeras 24 horas. El yogurt que se consigue en los mercados es altamente sintético y no solución al problema de la flora intestinal, la siguiente opción es muy saludable para restablecer la flotra de manera natural y saludable

Yogurt de col:
Cortar rodajas de col y dejarlas remojando en agua por tres noches; luego licuar y beber.
Guardar una copita de col para hacer el cultivo nuevamente, agregándola a otra cantidad de col remojada en agua; ésta podrá consumirse al día siguiente. Repetir toda una semana hasta restablecer la flora intestinal.
También es útil consumir regularmente col cruda, por su altísimo contenido de lactobacterias; a su vez, la col es extraordinaria para la gastritis y para curar ulceras gástricas. Los gastroenterólogos que se han dedicado a estudiar sus propiedades sorprendentes sobre las úlceras gástricas descubrieron, entre sus principios, lo que luego llamarían la vitamina U, una poco conocida vitamina que tiene la función de proteger las mucosas del estómago y tracto digestivo, cicatrizando y combatiendo la acidez. La col es una verdura alcalina por excelencia.
Si olvidamos todo lo mencionado, y afrontamos el tema desde un punto de vista meramente práctico y científico, la leche no resulta siquiera una óptima fuente de calcio, comparada con otros alimentos más digeribles y saludables, en los que existen otros elementos que actúan sinérgicamente. Compárese, por ejemplo, el contenido de calcio en 100 g de los siguientes alimentos:
leche 118 mg
brócoli 130 mg
algas 185 mg
almendras 254 mg
sardinas 400 mg
ajonjolí 1160 mg
Otras fuentes bibliográficas le asignan hasta 1500 mg de calcio/100 g al ajonjolí (semillas de sésamo); indiscutiblemente el ajonjolí es el legítimo rey del Calcio, además nos brinda una buena fuente de ácidos grasos esenciales, que son tan carentes en nuestra dieta moderna. Recuérdese que el 95% de la población carece de ellos. El ajonjolí también contiene hierro, flúor, magnesio, potasio, yodo, cobalto y zinc. Es una buena fuente de proteínas, contiene muchos aminoácidos esenciales incluida la metionina, que no suele encontrarse en vegetales.
Debe saberse que todas las verduras verdes y oscuras son fuente óptima de calcio; es de ahí de donde lo obtiene la vaca, y también otros animales de esqueleto enorme como el elefante y la jirafa. De adultos, ellos nunca tomaron leche, y hasta ahora nadie ha reportado haberlos visto tomando suplementos de tiza o rumiando pizza con queso.
Además de calcio, las verduras verdes oscuras --como berros, alfalfa, espinaca, acelga, etc.-- contienen clorofila, y en el centro de la molécula de la clorofila se encuentra el valioso magnesio. Según estadísticas de salud, este último es más carente que el calcio en la dieta, y es tan o más importante que el calcio para prevenir la osteoporosis.
En un estudio hecho en Londres se compararon diferentes grupos de mujeres con osteoporosis, unas en post menopausia y otras con TRH (tratamiento de restitución hormonal). Se encontró que ninguno de los grupos presentaba bajos niveles de calcio, pero sí de otros nutrientes vitales para la formación de hueso, como magnesio y zinc. El cuerpo requiere el doble de magnesio con respecto al calcio para que la bioquímica de la formación ósea funcione óptimamente. El 60% de las reservas de magnesio en el cuerpo está en los huesos. Fuentes ricas del mismo son las verduras verdes, nueces, higos y limones.
Hubo otro estudio en el que dos grupos de mujeres fueron examinadas respecto a su densidad ósea. A un grupo se le administró TRH y magnesio; al otro grupo, TRH únicamente. Después de nueve meses, la densidad ósea de las mujeres que sólo tomaron TRH no mostró ningún aumento, mientras que las que tomaban magnesio aumentó en 11% su densidad ósea.
Estados Unidos exhibe los niveles más altos de consumo de leche pasteurizada, pero también la mayor incidencia de osteoporosis. Más productos lácteos son consumidos en EE.UU. que en el conjunto de los demás países del mundo; e igualmente los estadounidenses lideran el mundo en enfermedades degenerativas. La osteoporosis obedece a un conjunto de razones; los factores de riesgo son: sexo femenino, raza caucásica y asiática, vida sedentaria, depresión, toxicidad con metales pesados (en particular las ollas de aluminio), uso crónico de antibióticos de amplio espectro, fumadores y consumidores regulares de café, dietas ricas en fosfatos, mujeres multíparas y mujeres nulíparas.
El apoyo nutricional debe incluir comidas ricas en minerales, especialmente fuentes no lácteas de calcio, magnesio, vitamina K (necesaria para producir osteocalcina, proteína que incrementa la absorción de calcio; esta vitamina se produce por la flora intestinal; debe tenerse cuidado con los antibióticos, el agua con cloro), boro (necesario para absorber el calcio), manganeso (necesario para producir matriz de colágeno de los huesos), zinc (necesario para crecimiento de huesos), cobre, cromo (normaliza los niveles de azúcar en la sangre; la mala regulación de azúcar fomenta la pérdida de masa ósea), ácidos grasos esenciales (necesarios para la producción de hormonas) y vitaminas del complejo B.
Poniendo de lado nuestro egoísta deseo de mantener una buena salud, el consumo de leche resulta siendo poco respetuoso de la ecología. En el Perú, tan sólo el 2,6% del territorio nacional es apto para agricultura; el resto es desértico, montañoso andino o de selva amazónica, donde los suelos son demasiados ácidos para aprovecharse. Pero no se alarmen: ese pequeño porcentaje de tierra cultivable puede alimentar a todo el país, y quizá varias veces. Pero sabemos que la población mundial crece a un ritmo vertiginoso, y que en un futuro no muy lejano, faltará espacio. Esto ya está ocurriendo en Argentina, donde el ganado tiene que desplazarse cada vez más lejos, para ceder espacio a las demandas crecientes de la agricultura. En Inglaterra, alrededor del 60% del territorio es utilizado para criar ganado vacuno, ovejas, puercos o aves. El costo de producir un kilo de carne o un kilo de queso es mucho mayor --en espacio, tiempo y consumo de agua-- que el de producir un kilo de proteína vegetal de la misma calidad. Quizá en el futuro, para alimentar a la humanidad, tengamos que prescindir un poco de la leche, no por ética, salud o religión, sino por economía, geografía y sobrepoblación... Un importante porcentaje de la deforestación en el mundo ocurre para obtener espacio para criar ganado. Recuérdese que cada año un área similar a la de toda Bélgica es deforestada.
Para terminar, quiero hacer notar que el que escribe lo hace de manera independiente, y que no comercializa ajonjolí, calcio, magnesio o zinc.

miércoles, 6 de junio de 2012

LA VERDAD SOBRE LA LECHE III

Por Sacha Barrio Healey
LECHE Y PASTEURIZACION
Desde niños hemos escuchado cosas como la maravilla alimenticia que es el hígado de res y los múltiples "beneficios" de la leche. Nuestros textos escolares de primaria contenían dibujos de pirámides nutricionales, y nunca faltaba el vaso de leche al lado de los huevos y la carne. Estas ideas e imágenes condicionan la mentalidad de nuestra generación. Y todo condicionamiento es una barrera a nuestra libertad de pensar. Para muchas personas, aun la realidad de los hechos científicos o lo que experimentan en sus propios cuerpos no basta para contrarrestar condicionamientos tan arraigados.
Uno de los varios problemas que presenta la leche comienza con la práctica universal de la pasteurización.
1.-Está científicamente demostrado que los becerros alimentados con la leche pasteurizada de su propia madre, en general, mueren dentro de un plazo no mayor de 6 meses.
En un estudio hecho en el Auchincruice Agricultural College de Inglaterra, se tomaron 16 becerros, 8 alimentados con leche natural y 8 con leche pasteurizada. En este último grupo, dos becerros murieron antes del primer mes, uno murió en el día 92; por misericordia, otro fue llevado al veterinario para ser resucitado, antes de terminar el experimento. De los becerros alimentados con leche natural, todos prosperaron saludables.
2. Otro interesante experimento fue el que realizó el Dr. Francis M. Pottenger con 900 gatos, para analizar los efectos de la leche pasteurizada. Un primer grupo recibió únicamente leche cruda, y el otro sólo leche pasteurizada de la misma fuente. El primer grupo se mantuvo saludable, mostrando los gatos un comportamiento activo y alerta. Mientras que el segundo grupo dio claras señales de decaimiento, y los gatos estuvieron sujetos a una larga lista de enfermedades degenerativas que en general sólo se asocian al hombre moderno, como: enfermedades cardiacas, disfunción de glándulas tiroideas, insuficiencia renal, hígado inflamado y huesos débiles.

Pero lo más resaltante del estudio fue lo que sucedió con la segunda y tercera generación de estos gatos. La primera descendencia de los que fueron alimentados con leche pasteurizada nacieron con dientes y huesos débiles, evidentes signos de deficiencia de calcio; la tercera generación tuvo en sus camadas muchos gatitos que nacieron muertos, mientras que los sobrevivientes fueron todos estériles. El experimento tuvo que finalizar porque no pudo obtenerse una cuarta generación. Mientras que los gatos alimentados con leche natural, no pasteurizada, prosperaron indefinidamente.
Louis Pasteur fue un padre de la ciencia y salvó miles de vidas cuando nos presentó la realidad de las bacterias como microorganismos invisibles. Sin embargo, la pasteurización de la leche en definitiva no es una solución científica, por el simple hecho de que con la pasteurización se destruyen las enzimas naturales de la leche, además de alterar sus delicadas proteínas. La leche cruda contiene las enzimas lactasa y lipasa, que permiten la digestión de la leche misma, mientras que la leche pasteurizada carece de ella.
La leche de vaca tiene cuatro veces más cantidad de proteína que la leche humana, y sólo la mitad de carbohidratos. La leche de vaca posee un alto nivel proteico, y se necesitan sus enzimas naturales para poder digerir este pesado contenido de proteínas. La pasteurización elimina las enzimas. El exceso de proteína láctea no digerida se acumula y pudre en nuestro aparato digestivo, obstruyendo los intestinos con una especie de fango pegajoso (caseína); por acumulación, algunos de estos residuos pasan al torrente sanguíneo. Conforme esta flema va incrementándose por el consumo diario de leche, el cuerpo se defiende empujándolo hacia fuera a través de la piel (acné, manchas cutáneas), los pulmones (catarros y mucosidades); mientras que el resto se descompone en el interior, formando mucus y dando lugar a infecciones, reacciones alérgicas, rigidez en las articulaciones por depósitos de calcio. Luego, muchas madres de familia se preguntan porqué su hijo tiene asma, bronquitis o sinusitis: "¿Por qué mi bebé, al que alimento con leche de fórmula, tiene erupciones en la piel, problemas respiratorios, gases y cólicos abdominales?".
Muchos casos de asma crónica, alergias, sinusitis, infecciones al oído y acné han sido y pueden ser curados con tan sólo eliminar los productos lácteos de la dieta, (pasteurizados o no pasteurizados).
El problema más grave del consumo de lácteos está en la formación de mucus y flema en el sistema. Toda nuestra energía vital se disipa y congestiona; el perder peso se vuelve tres veces más difícil cuando se consumen regularmente productos lácteos. Varios investigadores y nutricionistas citan la abrumadora evidencia de que los productos lácteos son un factor decisivo en el sobrepeso y la obesidad. Debido a que los lácteos van creando un revestimiento de placas de mucus en el tracto digestivo, y los nutrientes no son bien absorbidos, la mala absorción a su vez da mayor apetito por carencia de nutrientes y también fatiga crónica.
Las civilizaciones antiguas prosperaron muy bien con la leche natural, y sin ir muy lejos nuestros abuelos también lo hicieron. La razón por la que la industria pasteuriza la leche obedece más a razones comerciales que de asepsia. Es mucho más rentable comercializar una leche que tenga larga duración que una leche fresca. No pasteurizar la leche haría imposible empacarla en cajas de cartón, o en latas, limitando su distribución, y ni qué hablar de su exportación. La pasteurización extiende la vida de la leche, pero no hace nada por extender la vida de los seres humanos.
La pasteurización se presenta al público como medida que protege la salud. El Dr. Robert Koch pensó, al descubrir la tuberculosis bovina, que este sería el origen de la tuberculosis humana y recomendó la pasteurización, que promovió desde el Instituto Pasteur. Pero luego, después de años de experimentos y mayor madurez científica, descubrió que sus conclusiones anteriores eran erróneas, y que la tuberculosis bovina es muy distinta a la humana, que no es transmisible al hombre y no tiene ningún efecto sobre él. Pero, por mientras, la industria de los lácteos había descubierto una manera de multiplicar sus ingresos y continuó con la práctica hasta el día de hoy. La pasteurización masificó la producción, creó un monopolio y eliminó la competencia del pequeño productor.
La leche envasada en cajas de cartón, que se consigue en el mercado (Laive, Gloria, Bella Holandesa), es leche UHT (ultra heat treated); es decir, leche tratada a temperaturas ultra altas. Conocida como de larga duración o ultrapasteurizada, es una leche cuya temperatura se ha elevado hasta los 132(C y luego ha sido empacada en cajas estériles de cartón. Esta "ultra" leche puede conservarse durante meses sin siquiera necesitar refrigeración. Mejora mucho el negocio del industrial, pero decae más la salud de nuestros hijos.
La verdad es que la leche es un líquido precioso y delicado, y no es posible elevar su temperatura por encima de la temperatura de la sangre sin alterar sus propiedades nutritivas. Veamos una lista de datos que resume algunos efectos de la pasteurización:
La albúmina y la globulina, dos proteínas de la leche, se coagulan y descomponen
Se produce sulfuro de hidrógeno
Hay desaminación de ciertos aminoácidos.
Grasa de la leche: se vuelve menos asimilable
Sales de calcio: son transferidas a un estado insoluble y se tornan menos disponibles
Yodo: casi todo se pierde por volatilización
Lecitina: es destruida por la división del ácido fosfórico
Lactosa: se carameliza
Acido cítrico: es destruido
Ácido carbónico: es destruido
Enzimas y vitaminas: son destruidas
Poder bactericida de la leche: se pierde
Vitamina B12 y B1: se destruye la mitad o tercera parte
Vitamina C: se destruye al llegar a los 67(C
Ahora veamos textualmente lo que se nos dice en un cartón de leche Laive y Gloria:
"Leche ultrapasteurizada LAIVE, es pura leche fresca natural, con todas sus proteínas y vitaminas. Trabajada bajo el proceso de alta temperatura 145°C por 3 segundos, lo que asegura su total calidad, sabor y valor nutritivo".
"Ultrapasteurizada por el proceso UHT (Ultra Heat Treated) a 137° C entre 2 y 4 segundos. Leche entera Gloria es 100% pura de vaca porque mantiene intacta su frescura, cremosidad, cualidades alimenticias y nutritivas".
Para los que piensan que todo lo explicado es muy bonito pero utópico --ya que es una locura consumir una leche que podría ser causa de brucelosis, tifoidea u otras epidemias--, sépanse los siguientes datos provenientes del eminente nutricionista Herbert M. Shelton. Las publicaciones oficiales del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos señalaron que durante 22 años se han reportado 37956 casos de distintas enfermedades originadas por la leche y los subproductos lácteos, tanto pasteurizados como no pasteurizados. Es posible estimar, no adivinando sino por las últimas estadísticas disponibles, que los casos en los que se contrae alguna enfermedad por el consumo de leche no pasteurizada son el 0,95% y las muertes el 0,0022%. Prueba de ello es que en las zonas rurales, donde se consume más la leche no pasteurizada, hay menos incidencia de enfermedades contagiosas por productos lácteos que en las grandes ciudades, donde toda la leche es pasteurizada. La leche sale de la vaca sin enfermedades, las infecciones ocurren durante la manipulación, en los recipientes y envases que se utilizan.
La leche debe fluir fuera del cuerpo de la mujer adulta, nunca hacia dentro. Los efectos nocivos de la leche pasteurizada son agravados por las hormonas sintéticas que se suministran a las vacas para aumentar su producción. Estas hormonas causan estragos en el delicado equilibrio hormonal de la mujer. En su libro "Food and Healing", la nutricionista Annemarie Cubin nos dice:
"El consumo de lácteos, incluyendo leche, queso, yogurt y helados, parece estar fuertemente vinculado a varios trastornos del sistema reproductivo femenino. Esto incluye tumores en el ovario, quistes, descensos vaginales e infecciones . . . Se han visto casos de fibromas tumorales que se disuelven, de cáncer que se detiene, de irregularidades menstruales que se corrigen, incluso de infertilidad que se puede remitir muchas veces al suspenderse los lácteos de la dieta".
Otro problema de la leche es la proporción entre fósforo y calcio. La leche de vaca contiene 97 mg de fósforo por cada 100 g, comparado con tan sólo 18 mg/100 g de la leche humana.
Niveles altos de fósforo inhiben la absorción del calcio. El Dr. Frank Oski, jefe del Departamento de Pediatría del Centro Médico de la Universidad Estatal de Nueva York, nos dice que sólo las comidas con una proporción de calcio/fósforo igual o superior a 2 a 1 pueden ser utilizadas como fuentes primarias de calcio. La leche de vaca tiene una proporción de 1,27 a 1, comparada con la leche humana cuya proporción es de 2,35 a 1.

LA VERDAD SOBRE LA LECHE II

CALCIO Y HORMONAS
La teoría que está de moda es que el estrógeno nos protege de la osteoporosis. Si bien es cierto que el estrógeno estimula al hígado para producir una proteína que protege de los corrosivos efectos de la adrenalina sobre los huesos. Pero esta no es una visión integral ni completa; la función del estrógeno en este sentido está muy debatida.
Si la teoría del estrógeno y buenos huesos fuese correcta, ¿por qué entonces los hombres, que tienen relativamente mínimas cantidades de estrógeno, no sufren de osteoporosis como las mujeres? ¿Y por qué la pérdida de masa ósea comienza bastante antes a la menopausia (a partir de los 30 años) y antes de producirse algún descenso en los niveles de estrógeno?
A las mujeres con riesgo de cáncer de mama, se les da medicamentos bloqueadores del estrógeno (Tamoxifen). Si la teoría acerca del estrógeno y la osteoporosis fuese válida, el Tamoxifen debería causar también la osteoporosis, pero esto nunca se ha reportado.
El estrógeno no es el único, ni el más importante, factor de descalcificación. La clave está en lo que comemos, y en lo que no comemos, así como en los estilos de vida.
Las mujeres están más expuestas a perder calcio que los hombres, por la pérdida de sangre (que contiene calcio) de la menstruación. Las mujeres también pierden mucho calcio en el embarazo. Una mujer gestante desprende cuatro veces más calcio en un embarazo que en 9 menstruaciones; es decir, un embarazo (siempre y cuando no sea de mellizos), equivale a 36 menstruaciones en cuanto a pérdida de calcio (el equivalente a 2 años y 9 meses en menstruaciones).
Mujeres, ¡por favor, obtengan su calcio! La osteoporosis es una enfermedad silenciosa, los rayos X sólo detectan pérdida de mineral cuando éste ya ha alcanzado por lo menos el 60% de pérdida de masa ósea.
El calcio en la sangre está regulado por dos hormonas: la calcitonina que la almacena y la paratiroidea que la retira de los huesos. Cuando consumimos suficiente calcio y se tiene el suficiente en la sangre, el organismo secreta calcitonina para almacenarlo en los huesos. Cuando no se consume suficiente calcio, el cuerpo lo obtiene de los huesos. A veces el cuerpo toma demasiado calcio de los huesos. Este exceso extraído de los huesos representa un problema, y el cuerpo lo maneja de manera muy ineficiente. En vez de depositarlo nuevamente en el hueso, este excedente se acumula en las arterias, creando hipertensión arterial y esfuerzo excesivo al corazón. Después de un tiempo esto debilitará al corazón y lo hará candidato a acumular mayores calcificaciones. Un hígado graso o con cirrosis también es candidato a acumular calcificaciones. El excedente de Calcio nos conduce a cálculos renales, dolores abdominales, ateroesclerosis y calcificaciones de tejido blando u osteofitos de los huesos, generadores de artritis.
Calcitonina Hormona paratiroidea
- Actúa sobre osteoblastos (edifica hueso) -Actúa sobre osteoclastos (disuelve hueso)
- Disminuye niveles de calcio en la sangre - Aumenta los niveles de calcio en la sangre

LA VERDAD SOBRE LA LECHE I

Revisando artículos y textos sobre la leche y sus derivados encontré más que evidencias, sino,  formulaciones sustentadas sobre los efectos negativos en nuestro organismo por el consumo arbitrario de los lácteos.
No se trata de dejar de tomar lácteos sino el de informar como a través de otras fuentes naturales se puede obtener calcio sin alterar el equilibrio de nuestro organismo.
Cada persona es libre de formar opinión y sacar conclusiones sobre el particular pero considero necesario publicar este documento, pues tiene que ver directamente con una nutrición sana y saludable.
Por David Román
A pesar de los constantes esfuerzos de la industria láctea por promocionar la leche como alimento saludable, tanto sus proteínas, como sus grasas, sus azúcares, sus hormonas y sus contaminantes han sido asociados por los investigadores con una sorprendentemente extensa lista de problemas de salud. Fruto de un exhaustivo trabajo de documentación, en este libro se analiza con detalle cada uno de esos problemas a la luz de los conocimientos actuales, incluyendo referencias científicas de primer orden. Unos datos más que suficientes para motivar un cambio radical en la visión que tiene la sociedad de este producto, probablemente el alimento más sobrevalorado.
EL LADO SECRETO DE LA LECHE
La Fábula de la Leche y los Niños, la Osteoporosis y los Suplementos de Calcio
Por Sacha Barrio Healey
Una de las pocas áreas de la nutrición en la que la sociedad ha puesto especial interés y cuidado es en el calcio, quizá como parte del instinto maternal de alimentar a los hijos y luego como un amamantamiento condicionado en la psique. Se cuida tanto a los niños en crecimiento como a las mujeres que peligran de osteoporosis. Lamentablemente, existe un enorme malentendido sobre el calcio y la ignorancia popular hace que se ocasionen más problemas que soluciones.
El mito formado alrededor del Calcio es tan descomunal que ante el temor de estar carente de este importante mineral, la gente recurre a los suplementos que se expenden en las farmacias y/o al consumo de leche de vaca. Los adultos pagan abusivos precios por sus tabletas, y los menores son forzados a beber varias tazas de leche al día; en ambos casos para el detrimento de su salud.
De todas las fuentes de calcio que ofrece la naturaleza, estas dos, las favoritas de la industria farmacéutica y la industria de lácteos, están muy lejos de ser la mejor opción a considerar.
Sin embargo, las estadísticas nos dicen que el 68% de la población está carente de Calcio en su dieta. Así mismo la tasa de pérdida de masa ósea en la mujer moderna es mucho más elevada que la de nuestros ancestros, aun cuando no tenían tabletas de Calcio o Terapia de Restitución Hormonal (TRH).
La vasta mayoría de los suplementos de calcio que conseguimos en las farmacias lo contienen bajo la forma de carbonato de calcio. El consumidor debe darse el trabajo de leer lo que dicen las letras pequeñitas, bajo ingredientes. Debe saberse que el carbonato de calcio es el nombre técnico con el que se disfraza a la tiza. Es la fuente más barata de calcio porque se obtiene de minas de piedra caliza; por lo tanto, es una fuente mineral e inorgánica, y no está presente en animal o planta alguna. La tiza tiene el inconveniente de ser muy mal absorbida por el organismo, incrementa el riesgo a formar cálculos renales, o bultos de calcificaciones en las mamas, y además puede depositarse en las articulaciones contribuyendo a la artritis. Su eficiencia como suplemento  ha sido seriamente cuestionada, ya que incluso existen estudios donde se demuestra que fue mayor la pérdida de calcio en la orina de mujeres que tomaban este suplemento, con lo cual perdieron más calcio del que ingerían.
Así mismo, la mayoría de los suplementos de tiza no han sido debidamente refinados y contienen niveles tóxicos de plomo. Aparte de estos efectos adversos, la tiza tiene una muy pobre absorción en el cuerpo; por ejemplo, se ha demostrado que 5OO mg de citrato de calcio tienen mucho mejor absorción que 2000 mg de carbonato de calcio.
En el Perú, casi todo el calcio que se obtiene como suplemento, incluyendo el que distribuye el seguro social, es en forma de carbonato de calcio. Después de consultar en una farmacia local, no se encontró un solo suplemento que no fuese carbonato de calcio, aunque en teoría en el mercado también existen otras presentaciones:
Gluconato y lactato de calcio: se dice que tiene niveles "permisibles" de plomo.
Clorhidrato de calcio: no recomendado, ya que irrita el tracto digestivo y está contraindicado en casos de insuficiencia renal.
Citrato de calcio: es la presentación más disponible, inhibe la formación de cálculos renales y baja la presión arterial. Como suplemento es el único que puede recomendarse (Quick Access. A guide to conditions herbs and supplements). 
Por otra parte, el culto a la leche es el mito más grande y difícil de romper en la psique colectiva. Tanto se nos ha lavado el cerebro con la "importancia" de la leche, que quizá pasará mucho tiempo antes de que la población tome una perspectiva más equilibrada y objetiva sobre el tema.
Sin lugar a dudas, es importante incluir en la dieta adecuados niveles de calcio, pero el tema es más complejo de lo que parece. ¿Qué es lo que pone el calcio en los huesos y qué lo retira? Podemos estar consumiendo suficientes cantidades de calcio, pero no necesariamente lo estaremos absorbiendo. También hay personas que continuamente están en proceso de descalcificación, aun cuando consuman suficiente calcio en la dieta. Esto nos lleva al tema del factor acidez y la acidosis de la sangre.
La acidosis de la sangre es un mal muy difundido en la sociedad moderna. Las personas con mala dieta --que son la inmensa mayoría de la población-- tienen un excesivo nivel de acidez en la sangre debido a que su dieta es rica en carnes animales, azúcares, harinas refinadas, bebidas gaseosas, lácteos, alcohol y cigarrillos. Muchas personas consideran que tienen una buena dieta, y que sus síntomas se deben a cosas tales como el estrés, cuando en realidad lo que padecen es una crónica acidificación de su sangre.
La sangre debe tener un pH ligeramente alcalino (7,3 a 7,5); cuando no se logra este pH alcalino, y no hay los álcalis suficientes, el organismo lo obtiene de huesos, uñas o tejidos esenciales. La función del calcio es neutralizar y restablecer el pH del cuerpo. Cuando se consume un exceso de comida acidificante, nuestras reservas de calcio de los dientes y huesos son llamados para corregir este desbalance. Las dietas ricas en ácidos (carnes y azúcares) hacen que continuamente utilicemos nuestras reservas de calcio; es como si sumergiéramos nuestros huesos en vinagre y los expusiéramos a una continua corrosión y desmineralización.
Las principales comidas que producen acidosis son las proteínas, en particular las de origen animal. Se ha calculado que por cada 10 gextra de proteína animal que se consumen, 100 mg de calcio son perdidos en la orina. La dieta característica del hombre moderno deriva el 90% de sus calorías de comidas acidificantes. Por ejemplo:
-La miel es alcalina y el azúcar blanca es altamente acidificante.
-Los granos más alcalinos son el arroz integral, el trigo, el mijo, -mientras que la harina blanca es altamente acidificante.
-Las carnes y embutidos son acidificantes.
-Los aceites prensados en frío son alcalinos, mientras que los aceites “vegetales” industriales son altamente toxicas, mutagénicas y cancerígenas.